La iniciativa de Puerto Angamos y la Municipalidad de Mejillones marcó el inicio de un proceso de alfabetización digital para los vecinos, entregando herramientas tecnológicas que hoy les permiten desenvolverse con mayor autonomía en su vida diaria.
Durante cuatro jornadas, más de 20 personas —principalmente adultos mayores— participaron en el taller ‘Aprende, conecta y disfruta del mundo digital’, iniciativa que buscó fortalecer las habilidades tecnológicas y promover la inclusión digital en la comuna, en un curso impulsado por Puerto Angamos, ejecutado por la Corporación Simón de Cirene y que contó con la colaboración de la Dirección de Desarrollo Comunitario (DIDECO) de la Ilustre Municipalidad de Mejillones.
“Nos alegra ver cómo la tecnología puede ser una herramienta para conectar a las personas y abrirles nuevas oportunidades. Este programa refleja nuestro compromiso con una comunidad más inclusiva y preparada para los desafíos del mundo actual”, destacó Carlos Kulenkampff, gerente general de Puerto Angamos.
Inclusión que transforma
A lo largo del taller, las y los asistentes aprendieron a usar dispositivos móviles, navegar por internet y realizar trámites en línea, adquiriendo mayor confianza y autonomía en el entorno digital. Además, los beneficiarios contaron con el apoyo del voluntariado corporativo, quienes acompañaron a los participantes brindando orientación personalizada.
“La alfabetización digital no sólo acerca a las personas a la tecnología, también les permite mantenerse activas, comunicadas e informadas. Iniciativas como esta son un paso concreto hacia una mejor calidad de vida para nuestros vecinos”, señaló Marcelino Carvajal, alcalde de Mejillones.
El cierre del curso contó con la entrega de certificados de reconocimiento a las y los participantes, quienes compartieron su experiencia y los avances logrados durante las sesiones.
Finalmente, Nirma Cisternas, una de las participantes del programa, dijo que “antes del curso no sabía nada del uso del celular, no me atrevía a usarlo, fue muy satisfactorio. Ahora puedo pagar las cuentas y hablar con mis hijos que viven en otra ciudad, estoy feliz”.

