Nada Nos Detiene ya tiene a sus tres finalistas para su edición en María Elena
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El campeonato convocó a 80 emprendedores de la comuna, donde 10 postulantes pasaron a la siguiente fase y accedieron a talleres y mentorías empresariales; ahora los tres emprendimientos seleccionados se encontrarán en la gran final donde se definirá al ganador de $3.000.000.
Más de 80 emprendedores de María Elena se inscribieron en la convocatoria para la edición comunal del campeonato de emprendimiento Nada Nos Detiene (NND), que invitó a participar a emprendedores con dirección comercial y/o habitacional en la citada ciudad, abriendo la posibilidad de ayudar a que los proyectos creativos existentes en la zona obtengan apoyo y reconocimiento. De todos ellos, 10 fueron seleccionados para pasar a la siguiente fase, etapa donde los concursantes tienen la oportunidad de participar en instancias de aprendizaje para potenciar el crecimiento de sus proyectos, a través de talleres y mentorías empresariales grupales.
Los tres proyectos finalistas de NND María Elena son “MJ Joyas, Cervecería Wara Wara y Jhakku Coya”, quienes esperan llevarse el premio ganador de $3.000.000, mientras que el segundo y tercer lugar obtendrán $500.000, además de mentorías personalizadas y reuniones grupales, donde les enseñarán cómo potenciar sus emprendimientos.
La gran final se desarrollará el 27 de octubre en el Salón Tomás Simunovic de SQM, donde los finalistas presentarán su pitch y responderán a las preguntas del jurado, que tendrá la misión de elegir a un ganador. El público también podrá participar en esta decisión, votando por su emprendedor favorito a través del sistema que, algunos días antes de la final, se habilitará a través de redes sociales de NND. El que resulte con más preferencias sumará 1 voto, el cual se sumará a lo que determine el jurado.
Los finalistas
El primer finalista es Roberto Guzmán, dueño de la Cervecería Wara Wara, que produce cervezas artesanales orgánicas, veganas y ecológicas, ya que, según su dueño, tienen una baja huella de carbono. De acuerdo a Guzmán, “nuestros procesos de producción son capaces de recuperar el 100% del agua de enfriamiento de la cocina de cerveza”. Además, desde el 2020, sólo envasan en botellas reutilizadas, llegando incluso con algunos clientes a la dinámica de llevarles sus cajas de cervezas llenas, intercambiándose por aquellas vacías, generando impacto tanto en empresas como en consumidores particulares de la comuna, que han decidido sumarse a la iniciativa para el retiro de envases. Además, han impulsado intervenciones en microbasurales y lugares de interés comunitario, por medio de jornadas de limpieza y recuperación ciudadana de espacios, tanto en María Elena como en Calama.
Es por esto, que Roberto, comenta que “si ganamos el premio, queremos adquirir equipamiento para elaborar una cerveza artesanal sin alcohol, estando en zona minera; y equipo para seguir optimizando nuestros procesos de envasado y sellado de botellas semi-automatizadas”.
En segundo lugar, María José Jaramillo emprendió con MJ Joyas, enfocándose en satisfacer la necesidad emocional de las personas al volver a sus raíces y mantener la conexión con ellas, a través de la confección de joyas artesanales, con distintos materiales, especialmente reciclaje de artefactos electrónicos en desuso, como también materia prima para confección y producto terminado para la venta, lo que hace que esta pyme contribuya a la economía circular y tenga un gran impacto social.
Para esto, formó una alianza con la empresa proveedora de internet de María Elena, donde los artefactos que dan de baja, los utiliza como materia prima. Sus confecciones a parte de ser tradicionales, tienen una línea que rescata el patrimonio turístico de María Elena, Pedro de Valdivia y sus alrededores, a través de las joyas.
MJ Joyas tiene un gran impacto medioambiental y la economía circular de la zona, al reutilizar materia prima que ya era considerada “basura”. Otro foco importante es que contribuye al crecimiento del patrimonio turístico de la zona, “ya que muchas de estas piezas son de cobre, donde fabrico joyas con el metal rojo y además, algunos diseños son enfocados en la historias de la pampa”, explica.
De resultar ganadora, María José asegura que le gustaría “invertir en un área de reciclaje electrónico, con maquinarias acordes para reutilizar piezas metálicas de las componentes de artefactos. La idea es en el corto plazo poder generar empleo a la fuerza laboral femenina de María Elena y sus alrededores, a través de este proyecto con gran impacto social”.
El tercer emprendimiento finalista es Jhaku Coya, de Abigail Ferreira, donde a través de la producción de pan de masa madre, veganos y de alta hidratación, busca que sus productos se puedan consumir en un lugar que promueva el rescate patrimonial ,y de esta form, satisfacer algunas de las necesidades esenciales de los distintos visitantes del pueblo, que de acuerdo a su experiencia, cuenta con una escasa oferta gastronómica, aspecto que considera fundamental para potenciar el turismo de la comuna, que está enfocado, principalmente, en la industria minera.
“Por otro lado, si consideramos la relación del chileno con el pan, la comuna de María Elena no abarca el abanico de intereses individuales que giran en torno a este producto esencial, las amasanderías actuales solo elaboran productos tradicionales como hallullas, marraquetas o colizas, cuyos procesos e ingredientes afectan en algunos casos la salud de la personas.” asegura Abigail.
Abigail está segura de que su emprendimiento sería fuertemente potenciado si ganase los $3.000.000, recursos que destinaría para “seguir con la segunda fase de nuestro proyecto, que producto de la pandemia y el efecto negativo que tuvo en nuestra liquidez no pudimos terminar, esto es implementar una cocina y vitrina refrigerada que permita preparar y mantener otros productos, además de habilitar el consumo al paso, con el fin de poder ampliar nuestro rango horario de funcionamiento e ingresos”, explica, agregando que en una tercera fase, esperan poder habilitar el consumo de productos en nuestro local para transformarse en un punto de reunión, tanto para turistas como para habitantes de la comuna.
