“Emergencia hídrica en Uruguay reafirma que nuestra estrategia de desalación es el camino correcto”
El pasado 19 de junio el gobierno uruguayo declaró emergencia hídrica en su capital Montevideo, tras la crítica situación de reservas de agua en la principal fuente de agua dulce para potabilizar esa área metropolitana, donde se registran mínimos históricos.
Se trata de la peor sequía en más de 70 años en ese país, que dificulta el abastecimiento a los más de 1,7 millones de habitantes de la principal urbe charrúa, con riesgo inminente de racionamiento en las próximas semanas.
Desde Aguas Antofagasta analizan con atención este escenario y recuerdan que afortunadamente esa situación no ocurrirá en la región. “Sin duda es preocupante la sequía en el área metropolitana de Montevideo, por la falta de inversiones previas en ese país, pero miramos desde la distancia, porque afortunadamente tenemos certeza de contar con un sistema de abastecimiento robusto y resiliente, a partir del uso de dos fuentes productivas, como son los afluentes cordilleranos y el mar. Si se generan problemas con una fuente la otra suplementa. De hecho, hemos tenido emergencias especialmente durante las lluvias estivales, que nos han desacoplado partes de nuestras conducciones cordilleranas y aun así seguimos prestando nuestros servicios a la comunidad”, explica Paula Carrasco, directora de Asuntos Corporativos de Aguas Antofagasta.
Adelantarse es clave
En efecto, la representante de la sanitaria recuerda que a partir de la llegada en 2015 de Grupo Epm a la administración, se han invertido del orden de los US$445 millones en obras complementarias para sustentar el sistema de abastecimiento; como estanques de almacenamiento, nuevas conducciones y mejoras operativas, que entregan certeza hídrica que permite en promedio contar con 16 horas de suministro en caso de emergencia sin recurrir a abastecimiento alternativo.
Adelantarse es la clave, señalan desde la sanitaria antofagastina. “Cuando en 2003 se iniciaba en nuestra región una incipiente producción de agua potable a partir de la desalación de agua de mar, aún el concepto de cambio climático no era un tema instalado en la agenda pública internacional y menos en la nacional o local, por lo que esta tecnología asomaba sólo como un avance que permitiría dar mayor certeza para obtener agua potable para prevenir el estrés hídrico. Dos décadas después y más de 230 millones de dólares invertidos exclusivamente en proyectos de desalación en la región, nos han permitido transformarnos en la principal exponente en Latinoamérica en el uso de esta tecnología para producir agua potable”, recuerda Paula Carrasco.
“Para nosotros es un orgullo cumplir 20 años desalando, porque nos demuestra que aquel camino emprendido nos ha permitido contar con una de las más sostenibles alternativas para asegurar agua potable hoy y en el futuro, sin comprometer los recursos disponibles para las próximas generaciones. Así, la Región de Antofagasta se proyecta como una paradoja y un ejemplo de sostenibilidad, gracias a la visión de futuro instalada a principios del siglo XXI, que permitió dar la tranquilidad que actualmente proyectamos”, aclara la ejecutiva.
Ampliación Desaladora Norte
Continuando con el potenciamiento de la desalación, la sanitaria está proyectando que el 100% de su abastecimiento de la capital regional provenga de esa fuente, para lo cual están avanzando en una nueva ampliación de la Planta Desaladora Norte. “Se trata de la mayor inversión de la historia de Aguas Antofagasta, con 130 millones de dólares destinados a esta nueva infraestructura, cuya entrada en operación se estima durante el primer semestre de 2024”, expresó la directora de Asuntos Corporativos de la sanitaria.
Con estas obras de ampliación aumentará en un 53% la producción actual de agua potable de esa planta, que abastece Antofagasta y Mejillones.
La ejecutiva recordó que esta inversión tiene por finalidad acompañar el desarrollo regional aumentando la disponibilidad de agua potable para Antofagasta. “Esta obra facilitará nuevos crecimientos poblacionales, de infraestructura pública y mayor desarrollo productivo”, concluyó.